El 15 de julio de 2010 Argentina se convirtió en el décimo país del mundo en sancionar la ley de matrimonio igualitario
Fueron años de lucha. Años de marginación, discriminación y criminalización. Fueron años de construcción permanente de una resistencia que tropezaba con el devenir cultural de una sociedad que no aceptaba las diferencias.
El pleno reconocimiento al derecho a formar una familia a miles de personas del mismo sexo tardaría años en llegar y solo se pudo dar en el transcurrir de un país que fue profundizando derechos con sanciones de diversas leyes y con acciones concretas y directas.
Para darnos una idea de lo que sucedía en el mundo recién en el año 2000 Holanda se convertía en el primer país en legislar a favor del matrimonio igualitario, tres años después sería Bélgica, otros dos más Canadá y España; Sudáfrica en el 2006; Noruega y Suecia en el 2009 y Portugal e Islandia en el 2010.
Solo 9 países tenían una Ley que igualaba derechos y establecían una plena cobertura hacia las diversas identidades de género.
Hoy, se cumplen cuatro años de la sanción de la Ley de Matrimonio Igualitario en el país, una Argentina que desde entonces reconoció plenamente los derechos de la comunidad LGTB para poder vivir libremente y también desde el amor y el acceso a derechos conyugales, sin miedo a la estigmatización y represiòn.
Desde el 15 de julio de 2010 un total de 9.362 parejas integradas por personas del mismo sexo se casaron gracias a la Ley de Matrimonio Igualitario. Hoy Argentina es vista como un modelo a seguir por otros países de la región y tiene la legislación más avanzada del mundo en derechos civiles de la población LGBT. La democracia de nuestro país respeta la diversidad.
La ley de matrimonio igualitario en Argentina fue y es, sin duda, la épica de una lucha que se inició hace 13 años, con la presentación el 28 de agosto de 2001 del proyecto de Unión Civil.
Néstor y luego Cristina Fernández de Kirchner recogieron un sueño de miles.
Seguimos en el camino para que se visibilice la felicidad de tantas nuevas familias, para que se ejerzan los derechos conquistados y para terminar con la discriminación por la orientación sexual e identidad de género.
La ley de matrimonio igualitario abrió la puerta a la sanción de muchas otras leyes de reafirmación de los derechos del colectivo LGBT, como las de identidad de género y de fertilización asistida inclusiva. Por eso hay que defender lo que construimos y no permitir retrocesos de lo que supimos construir.
Concejales Roberto Sukerman y Norma López, del Frente para la Victoria en Rosario.
