Un día como hoy, hace 39 años, el terror asaltó el escenario argentino inaugurando la etapa más oscura y sangrienta de nuestra historia. La dictadura cívico- militar llegó aquel 24 de marzo para quedarse. Con la aniquilación del otro como objetivo supremo y el odio como leitmotiv, el totalitarismo, encabezado por Jorge Rafael Videla, dejó el saldo de 30.000 argentinos desparecidos.
Argentinos con sueños, ideas y esperanzas personales pero también colectivas.
La llamada Junta Militar utilizó los mecanismos más tenebrosos de violencia institucional y física que jamás se hayan visto.
La violación sistemática de los derechos humanos se ejerció mediante censura, privación de la libertad, tortura, robo de bebés, sustracción de la identidad. Todas atrocidades cometidas -nada menos- que en nombre del Estado.
Sin embargo, el avasallamiento de esa maquinaria represiva, montada a partir del poder de los medios y corporaciones, no impidió que se gestaran organizaciones como Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, que aún continúan trabajando incansablemente por la aparición de sus hijos, nietos y por la búsqueda de la verdad histórica.
La violación sistemática de los derechos humanos se ejerció mediante censura, privación de la libertad, tortura, robo de bebés, sustracción de la identidad. Todas atrocidades cometidas -nada menos- que en nombre del Estado.
Sin embargo, el avasallamiento de esa maquinaria represiva, montada a partir del poder de los medios y corporaciones, no impidió que se gestaran organizaciones como Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, que aún continúan trabajando incansablemente por la aparición de sus hijos, nietos y por la búsqueda de la verdad histórica.
Hoy reivindicamos su lucha, junto con la de HIJOS, pues no hace más que fortalecer nuestros lazos societarios de solidaridad y nuestra sed de justicia.
En tiempos democráticos no fue sino bajo la presidencia de Néstor Kirchner que las heridas comenzaron a aliviarse y la impunidad a correrse de la secuencia nacional. Cómo olvidar aquel 24 de marzo de 2004 cuando se descolgaron los cuadros de Videla y Bignone del Colegio Militar en un acto de una carga simbólica imborrable.
En tiempos democráticos no fue sino bajo la presidencia de Néstor Kirchner que las heridas comenzaron a aliviarse y la impunidad a correrse de la secuencia nacional. Cómo olvidar aquel 24 de marzo de 2004 cuando se descolgaron los cuadros de Videla y Bignone del Colegio Militar en un acto de una carga simbólica imborrable.
El entonces presidente pidió perdón en nombre del Estado y la democracia "por haber callado durante 20 años tantas atrocidades".
Fue también durante su mandato que se declaró la nulidad de las Leyes de Obediencia Debida y Punto Final, lo que posibilitó nuevamente la apertura de las causas contra los genocidas. Además, los Centros Clandestinos de Detención, Tortura y Exterminio (CDDTyE) fueron señalizados como espacios de memoria y promoción de los derechos humanos, junto con otros puntos donde se ejecutaron prácticas del terror.
El gobierno de nuestra presidenta Cristina Fernández de Kircher profundizó estas políticas trazadas en materia de derechos humanos y ahondó el rumbo del cambio cultural impulsado por Néstor. Los hechos hablan por sí solos.
En la actualidad ya son 563 los represores condenados por delitos de lesa humanidad, 899 los procesados y 116 las identidades restituidas.
En la actualidad ya son 563 los represores condenados por delitos de lesa humanidad, 899 los procesados y 116 las identidades restituidas.
Por esas conquistas y por las que quedan. Por las Madres, Hijos y Abuelas. Por los que faltan. Levantamos las banderas de la Memoria, la Verdad y la Justicia. Ahora y siempre.
30.000 COMPAÑEROS DESAPARECIDOS, PRESENTES!!!!!!!!!!!!
* R. Sukerman. Precandidato a intendente de Rosario por el Frente Justicialista para la Victoria.
* N. López. Precandidata a diputada Provincial por el Frente por la Justicia Social.
