Según contó Lorena Lillo, la mujer de 41 años que viajaba en el mismo vagón y que registró todo el escándalo con su teléfono celular, ante la negativa del hombre a bajarse del tren, el guarda ordenó detener el tren y amenazó con no reiniciar el servicio hasta tanto el hombre del cartel no descendiera.
El hombre se limitó a enrollar el cartel y sentarse. Sin embargo eso no satisfizo al guarda del tren que llamó a la policía para que lo desalojaran por la fuerza. Ahí fue cuando Lillo comenzó a filmar con su celular para documentar el accionar policial ante el intento por coartar la libertad del hombre de expresarse en libertad.
Ante el cuestionamiento de la joven por el injustificado accionar policial, los efectivos de la Federal esgrimieron argumentos débiles. Aseguraron que "le falta el respeto al resto de los pasajeros" y cuestionaron que se expresara "si acá toda la gente está viajando tranquila". "Está molestando al resto de los pasajeros" insistieron los uniformados y justificaron su decisión arguyendo que "la libertad de uno termina donde empieza la del otro".