López aseguró que la noche que lo arrestaron pensó en suicidarse con un arma que no encontró y que durante esos días se sentía "perseguido", luego de que un diputado del Frente para la Victoria del Mercosur le dijo que a él y a otros funcionarios kirchneristas los estaban investigando los servicios de inteligencia. Hablo así de un estado mental "paranoide", señaló que esa noche estaba perdido y afirmó que un ejemplo de esa condición mental lo prueba cómo fue que llegó a defenderlo la letrada Fernanda Herrera, conocida como la "abogada hot".
En un tramo de su declaración dijo que en su casa llegó a escuchar "voces burlonas", "cosas sin sentido", "cosas incoherentes", e incluso una voz que le decía que le iba a pasar lo mismo que al espía "El Lauchón" Viale, que fue asesinado, y que él contestó "no soy (Alberto) Nisman, no me voy a suicidar", al aludir a la confusa muerte del fiscal de la causa AMIA.
López despegó en todo momento tanto a su esposa, María Amelia "Mari" Díaz, y a las monjas del convento y rechazó ser el dueño de la casa de Dique Luján, en el Tigre, que se le atribuye a través a través de testaferros. Hasta aportó la clave de un teléfono Iphone que tenía en su poder desde su detención, el 14 de junio pasado, y que estaba siendo peritado por la Policía Metropolitana para ver si podían desconfigurarlo.