El registro oficial de julio se ubicó por debajo del denominado IPC-Congreso que fue del 2,4% y también de las la medición del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires que llegó al 2,2%. Más allá de la desaceleración en la escalada inflacionaria que el Gobierno venía presagiando, según las cifras del INDEC los precios de los alimentos y bebidas aumentaron en julio un 2,7%, por encima del nivel general. Este es un dato preocupante ya que el rubro alimentos es el que más impacta en los sectores de menores recursos.
En el último informe del Observatorio Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), sólo en el primer trimestre 1.400.000 habitantes pasaron a ser pobres. Entre los alimentos que más subieron sus precios figuraron: el aceite girasol (22%); aceite mezcla (21%), batata (15,4%), lechuga (14%), tomate redondo (10,6%), banana (9%) y papa (7%).