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Las fuerzas del presidente sursudanés, Salva Kiir, y del líder rebelde, Riek Machar, firmaron un acuerdo de paz en agosto de 2015, pero el mes pasado volvieron a protagonizar combates en la capital Yuba. Solo desde principios de año, cuando ya estaba vigente el acuerdo de paz, 650 niños fueron reclutados en el país, donde desde el inicio de la guerra en diciembre de 2013 unos 16.000 menores se han convertido en niños soldados. Unicef, que supervisó en 2015 la desmovilización de 1.775 niños soldados, pidió "el cese inmediato de los reclutamientos y la liberación incondicional de todos los menores".
"El sueño que todos compartimos para los niños de este joven país se ha convertido en una pesadilla", dijo el director adjunto de Unicef, Justin Forsyth, después de un viaje a Sudán del Sur. Forsyth denunció que "los niños siguen siendo víctimas de terribles sufrimientos", ya que son blanco del "uso sistemático de la violación, la explotación sexual y el secuestro como arma de guerra en Sudán del Sur".
El conflicto en Sudán del Sur estalló en diciembre de 2013, cuando Kiir denunció un supuesto intento de golpe de Estado encabezado por Machar. Los combates entre unidades militares rivales registrados en la capital, Yuba, entre el 8 y el 11 de julio causaran al menos 300 muertos y el desplazamiento de miles de personas. Tras estos choques, Machar huyó de Yuba, adonde había vuelto para jurar como vicepresidente del Gobierno de unidad estipulado por el acuerdo de paz, un cargo en el que fue sustituido por Taban Deng Gai.
