Se trata del quinto año consecutivo que el sector soberanista catalán protagoniza una importante manifestación ciudadana a favor de la independencia que en esta ocasión pretendía simbolizar el inicio del latido de la nueva república catalana.
Con esta nueva muestra de fuerza, el ámbito independentista vuelve a evidenciar que la cuestión catalana sigue muy presente ante un Gobierno central que sigue en funciones y un Estado que permanece bloqueado por la ausencia de un nuevo Ejecutivo.
Mientras España se encamina irremediablemente, y si nada lo remienda en poco más de un mes, a sus terceras elecciones, en Catalunya persiste viva la reclamación independentista, que en esta ocasión reclama un referéndum a la escocesa o unilateral (dependen del sector independentista que se refiera) sobre la independencia.
La convocatoria ha vuelto a ser todo un éxito por la gran afluencia de ciudadanos en las cinco ciudades y así lo han destacado los organizadores, al término de la misma, aunque las cifras hayan descendido con respecto a años anteriores: la manifestación masiva en el paseo de Gràcia (1,5 millones), de la Vía Catalana(1,6 millones), la de la V en Diagonal y Gran Vía (1,8 millones ), y la de la Via Liure en la Meridiana (1,4 millones),