Para Scentia, la caída de agosto fue superior a la de mayo, cuando -según coinciden todos los analistas- se registró la merma más importante del año.
"Agosto presenta este retroceso a pesar de la notable actividad promocional que las cadenas utilizan como estímulo para incrementar las compras", explica José Ignacio Amodei, analista de la consultora. Y aclara que el único atenuante de semejante desplome es que, en este agosto hubo un fin de semana más que el mismo mes del 2015, contra el que se realiza la comparación.
De todas maneras, el dato es llamativo teniendo en cuenta que todas las mediciones venían arrojando una desaceleración en la caida del consumo masivo. Esta vez, la caída del poder adquisitivo por la inflación (si bien está cediendo muy tenuamente), jugó en contra de esa tendencia.
En el período acumulado de enero a agosto, la merma del consumo llegó al 4,2%, según Scentia. Y la caída de agosto se vio acompañada de una suba en la facturación del 22,8 % como consecuencia de un aumento en los precios promedios del + 30,9 % en relación a agosto de 2015.