"Su misión en las periferias de las ciudades y en las periferias existenciales permanece en nuestros días como testimonio elocuente de la cercanía de Dios hacia los más pobres entre los pobres", dijo el Pontífice, que ante más de 100.000 personas recordó que la Madre Teresa de Calcuta, fundadora de la Congregación de las Misioneras de la Caridad, "hizo sentir su voz a los poderosos de la tierra, para que reconocieran sus culpas ante los crímenes de la pobreza creada por ellos mismos".
"La misericordia ha sido para ella la «sal» que daba sabor a cada obra suya, y la «luz» que iluminaba las tinieblas de los que no tenían ni siquiera la´grimas para llorar su pobreza y sufrimiento", subrayó.
Francisco, que siempre admiró a la diminuta y fuerte madre Teresa, que en 1979 recibió el premio Nobel de la Paz, evocó, además, su cruzada en contra del aborto: "Se ha comprometido en la defensa de la vida proclamando incesantemente que «el no nacido es el más débil, el más pequeño, el más pobre".