Unos 140 agentes municipales llevaron adelante, a partir de las 8 del miércoles 21 de septiembre, más de 750 controles vehiculares y casi 500 de alcoholemia en colaboración con efectivos policiales. Las intervenciones tuvieron lugar a lo largo de la costa, desde la parte central al norte y en los parques, así como también en las principales avenidas de la ciudad. Se enfatizaron las intervenciones en los lugares más concurridos por los rosarinos.
Con respecto a las intervenciones en el tránsito, cabe destacar que se remitieron 87 vehículos al corralón, entre ellos un remís trucho, debido a que los conductores no pudieron acreditar la documentación o bien los elementos de seguridad exigidos.
Se practicaron test de alcoholemia con el resultado de un sólo caso positivo en la zona de avenida Pellegrini y Balcarce en la noche del martes, a partir de una solicitud emitida desde el 911.
Como se había anticipado desde el municipio, se hizo hincapié en la prevención del consumo de alcohol, teniendo en cuenta que está prohibida su ingesta en espacios públicos. Se controlaron los comercios de la zona con el saldo de dos clausuras: un local céntrico que trasvasaba bebidas alcohólicas a envases plásticos y un almacén en la Florida que funcionaba sin habilitación.
A las personas que intentaron beber alcohol se les informó que no podían hacerlo y se les quitaron las bebidas, acciones que fueron recibidas de buena manera entendiendo los alcances de la norma. Además, se fiscalizaron heladeritas, mochilas y todo recipiente que pudiera ser utilizado para transportar bebidas.
Los rosarinos disfrutaron de los encuentros y las actividades culturales organizadas al aire libre para darle la bienvenida a esta especial estación. Gracias a la presencia preventiva del Estado local y la buena disposición de los ciudadanos, Rosario vivió una celebración en convivencia.
