Y es que los cientos de miles de obreros, trabajadores , jornaleros, varones y mujeres que se reunieron en Plaza de Mayo sacudieron definitivamente las estructuras de las corporaciones económicas , mediáticas y educacionales que se pretendían mantener en la Argentina. Como señalaría Raúl Scalabrini Ortiz, era el "subsuelo de la patria sublevado".
Y también nació una oposición despiadada de la élite liberal a cualquier proyecto nacional y popular que se originara. De allí en más, el Peronismo y lo que simboliza, se enfrentó permanentemente con la injuria, el desprecio, la descalificación y finalmente, la persecución y violencia.
Entre 1944/45 con Perón en la Secretaría de Trabajo, se sancionaron 470 convenios colectivos de trabajo que alcanzarían a más de dos millones de trabajadores. Luego se lograrían la indemnización por desempleo y accidente laboral, aguinaldo, vacaciones pagas, sanción del Estatuto del Peón Rural, aumento de salarios.
La reforma constitucional de 1949 introdujo derechos del trabajador, familia, ancianidad, educación y cultura. Y estableció la función social de la propiedad, del capital y de la actividad económica. Desde entonces, como dirigentes de este Movimiento debemos comprender que la lealtad es con las convicciones, con el Pueblo y con la Patria.
Con las banderas de Justicia Social, Soberanía Política e Independencia Económica, la verdadera transformación que parieron Eva Duarte y Juan Perón. Han pasado 71 años y muchos líderes que comulgan la lealtad en los dichos y no en las acciones deberían defender conquistas que desde el 2003 instauró nuevamente el Peronismo tras años de liberalismo económico.
Porque en los mandatos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández se aprobaron más de 60 leyes laborales. En rápido repaso señalamos: creación del Régimen de Trabajo Agrario; Régimen de Contrato de Trabajo para el Personal de Casas Particulares y Ley de Prohibición del Trabajo Infantil.
La derogación de la llamada Ley Banelco barrió con numerosas disposiciones de la flexibilización del trabajo del menemismo. Se reformó la Ley de Concursos y Quiebras amparando a trabajadores; se modificó la Ley de Accidentes Laborales y el Régimen de Pasantías; se recuperaron las paritarias y el Consejo del Salario Mínimo, se asignaron cupos de programas socio-laborales para personas con discapacidad y se ampliaron las jubilaciones.
Modificaciones sustanciales que hoy penden de un hilo. El Peronismo, en honor a la lealtad, debe reafirmar su insoslayable nacimiento: el de la epopeya de los desclasados que aquel 17 de Octubre marcó a fuego la vida de los argentinos.