“En este comedor, el que llega saluda al resto, se puede ver el noticiero y se palpita la novela. A pesar de que entre los habitués se cuentan reconocidos personajes locales de la política y la cultura, al que mejor atienden es al cliente número uno, un nonagenario que fue el primero en entrar el día de la inauguración y que repite el ritual, de lunes a sábado, todos los mediodías”, señala el diario La Nación a través de una nota publicada el 18 de septiembre de 2011.
A partir de un proyecto presentado por Rosúa, acompañado por otros ediles y que se trató con despacho favorable, se propone declarar al comedor como “sitio de interés histórico y cultural”.