Las bicicletas eléctricas de pedaleo asistido tienen como función ayudar al usuario de forma de que el esfuerzo físico requerido para el desplazamiento sea minimizado, proporcionando grandes ventajas fundamentalmente para recorridos de distancias largas o para personas con limitaciones físicas.
El requerimiento de menor esfuerzo físico redunda en mayores niveles de uso del sistema de bicicletas públicas por parte de los usuarios en horarios laborales. Ciudades como Madrid, San Francisco, Génova o San Sebastián han comenzado a aplicar este sistema.
En Madrid, el sistema BiciMAD, funciona exitosamente con tarifas de abonos anuales inferiores a los de nuestra ciudad ($450 en Madrid y $850 en Rosario) y tarifas horarias levemente superiores. Para la aplicación de esta tecnología no es necesario importarla, ya que hay bicicletas de fabricación argentina de similares características, cuyos componentes importados no superan el 30%.