En medio de reclamos de trabajadores estatales, y el reclamo de la CGT a nivel nacional al Gobierno central, la situación en la provincia empieza a ser conflictiva. La negativa cerrada a reabrir la negociación salarial, deberá ser consensuada si quiere evitarse un cierre de año conflictivo.
De todas formas, la actitud del ministro parece ser demasiado cerrada, y debería dejar abierta alguna ventana, teniendo en cuenta que la conflictividad gremial podría desencadenar en paros por más tiempo y eso terminaría redundando en mayores pérdidas que las que se buscan evitar.