"Estoy dolorido por las noticias que llegan del asesinato a sangre fría de numerosos hijos de esa amada tierra, entre ellos también tantos niños. Esta crueldad hace llorar, dejándonos sin palabras", denunció.
"A nuestra palabra de solidaridad la acompaña el testimonio de mi recuerdo en la oración para que Irak, duramente golpeado, sea fuerte y firme en avanzar hacia un futuro de seguridad, de reconciliación y de paz", agregó Francisco antes de pedir a los 50.000 fieles presentes que se unieran en la oración por el país.