El líder del PP, que gobernó con mayoría absoluta durante su primer mandato, ahora deberá demostrar su poder de persuasión frente a un Parlamento fuertemente dividido en tres.
De hecho, Rajoy necesitó que su rival, Pedro Sánchez, cambiara la estrategia del PSOE para poder alcanzar su segunda investidura. Es que el principal partido de la oposición, que en marzo no logró imponer a su líder, eligió esta vez abstenerse en vez de votar en contra del candidato del PP.
Sólo 15 diputados socialistas votaron en contra. Por eso, Rajoy obtuvo más votos positivos que negativos. En cambio, Unidos Podemos continuó oponiéndose al bipartidismo.