Fue épico, emotivo, un renacer de entre las cenizas, volvió con todo, soportó una prolongada etapa de recuperación, incluso dio ventajas con el revés, pero eso no le impidió volver a posicionarse entre los mejores.
Del Potro ya había dado señales de estar de vuelta, se había quedado con la medalla plateada en los Juegos Olímpicos de Brasil, había logrado varias victorias ante los rivales tan encumbrados, pero no había podido llegar a lo más alto, y hoy lo logró.
Con solvencia, sin jugar su mejor tenis, basándose en sus golpes predilectos, en un saque que hace daño y una derecha demoledora, Delpo superó hoy a un rival que le hizo partido hasta perder el 6-5 del primer set, donde se derrumbó y se rindió a sus pies. El tandilense dio un concierto de derechas potentes, manejó el partido hasta el final y gritó campeón bien fuerte para volver a codearse con la gloria.