Y en ese sentido, la ex presidenta agregó: "En definitiva y más allá de la personalidad de Bonadío se trata de un integrante del Poder Judicial que viola leyes escritas y derechos y garantías constitucionales, y que es corporativamente 'protegido' por ese mismo Poder, en un sistema de complicidades que asusta".
Para Cristina, "un funcionario del Estado con poder sobre la libertad y patrimonio del resto de los ciudadanos" representa una "asimetría de poder" que no hace más que fundamentar "el concepto de violencia institucional". "No me estoy quejando. En absoluto. En un país donde las grandes mayorías ya no pueden llegar a fin de mes, donde la desocupación y la precarización laboral constituyen nuevamente una preocupación social después de 12 años y medio de constantes avances, quejarse por que un juez te prohíbe tener tarjeta de crédito no parece justo", agregó.
La ex presidenta aseveró "estar preparada para sufrir persecución política y violencia institucional". "No hay que ser demasiado perspicaz para comprender lo que siempre le ha pasado a los gobiernos populares, nacionales y democráticos. Nada nuevo bajo el sol", concluyó.