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"Entre las tres partes pudimos concretar un proyecto que veniamos madurando, de tener un espacio en el Mercado de Productores con gente que estará trabajando para la clasificacion de frutas y verduras para ser consumida en los comedores que trabajan con el Banco de Alimentos", sostuvo Mariano Grassi del Banco de Alimentos Rosario.
"En función de los estudios que el municipio lleva adelante está constatado que el 30% de lo que desperdiciamos corresponde a alimentos, y que puede haberse evitado.
Comenzamos entonces a trabajar en este eje y a partir de esta propuesta proponemos recuperar frutas y verduras que pueden consumirse y generar puestos de trabajo con las personas del programa Andando", agregó la subsecretaria de Ambiente Cecilia Mijich. Por su parte, Gustavo Zuleta del Mercado de Productores precisó que hace ya unos tres años que trabajan en conjunto con la mencionada ONG y que ve en esta articulación con la Municipalidad el comienzo de un camino de solución a la problemática del desperdicio.
Un problema creciente
El problema de los desechos de alimentos va asumiendo un lugar cada vez más relevante en la agenda pública y de políticas públicas. Su abordaje se relaciona con temas como seguridad alimentaria, desnutrición infantil, reducción de enterramiento de residuos, consumo responsable y alimentación saludable.
En Argentina se estima que entre un 25% y un 30% de los alimentos que se producen, se tiran. En la ciudad de Rosario un habitante genera alrededor de 300 gramos por día de residuos orgánicos, 100 gramos más que en 2004. Se entiende que este incremento se explica por el aumento del desperdicio de alimentos.
Las estrategias de abordaje de los desperdicios de alimentos se orientan a distintos momentos de la cadena de producción, desde la cosecha o producción agrícola, pasando por su procesamiento, transporte, almacenamiento, distribución, comercialización y consumo. Asimismo, se puede trabajar desde la minimización, reutilización y el tratamiento.
Hay que tener en cuenta que para productores, comercios e industrias existen algunas trabas normativas. El primer propósito es posicionar el tema del desperdicio de alimentos en la agenda pública, bajo el concepto de que nuestras decisiones de consumo y compra de alimentos influyen en el mundo.
