El IMM dispuso una mesa, cuyo lema fue Vivir sin violencia es posible, que invitaba a las mujeres al diálogo mientras compartían el tradicional ritual de pintarse las uñas. Allí, las especialistas de los diferentes equipos municipales escucharon y contuvieron a mujeres de todas las edades que se acercaron para compartir vivencias vinculadas a diferentes formas de violencia.
“Mi marido me rompió el tímpano de una trompada”; “Estuve alojada en un hogar de protección, yo sobreviví”; “Estoy muy preocupada por mi hermana, tengo miedo que la mate”; “Quiero que mi nuera deje a mi hijo, él es violento”, fueron algunas de las frases que soltaron preocupadas, avergonzadas o angustiadas algunas de las mujeres que se acercaron al lugar durante la jornada.
Conscientes del efecto reparador y transformador de la escucha oportuna, se incentivó a quienes participaron del espacio a que se comprometan en esta lucha por erradicar la violencia contra las mujeres, brindándoles información útil y necesaria para identificar y denunciar la violencia. Un día contra la violencia.
El 25 de noviembre fue declarado día Internacional contra la Violencia hacia la Mujer en el Primer Encuentro Feminista de Latinoamérica y del Caribe celebrado en Bogotá (Colombia) en julio de 1981.
En este encuentro las mujeres denunciaron la violencia de género a nivel doméstico y la violación y el acoso sexual a nivel de estados incluyendo la tortura y los abusos sufridos por prisioneras políticas. Se eligió el 25 de noviembre para conmemorar el violento asesinato de las hermanas Mirabal (Patria, Minerva y Maria Teresa), tres activistas políticas asesinadas el 25 de noviembre de 1960 en manos por la policía secreta del dictador Rafael Trujillo en la República Dominicana.