La Secretaría informó que la situación está "bajo control" y la policía se encuentra en el interior del presidio. El presidente de Brasil, Michel Temer, prometió este jueves un mayor control del Estado sobre el sistema penitenciario, mientras el Gobierno ultima un ambicioso plan de seguridad nacional para contener la crisis carcelaria y el crimen organizado.
Temer habló por primera vez en público sobre la masacre en Manaos, a la cual se refirió como un "accidente pavoroso", y se solidarizó con los familiares de las víctimas tres días después de que concluyera la sangrienta rebelión en el complejo penitenciario Anísio Jobim. La matanza, la segunda mayor de la historia carcelaria de Brasil, activó las alarmas del Gobierno, lo que llevó a Temer a reunir a su gabinete para analizar la aguda crisis del sistema penitenciario.