El hecho no resulta, casual, ya que Macri ahora le apunta a Omar Viviani; tanto como la Gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, apunta sus cañones contra Roberto Baradel, adversarios políticos que -para el Gobierno macrista- resultan ideales debido fundamentalmente a que cada uno de ellos tienen una imagen negativa en términos generales en la opinión pública.
La ofensiva macrista se potenció fuertemente luego de la marcha en apoyo a la democracia y al Gobierno de hace nueve días y el paro del jueves que terminó siendo más beneficioso para el Gobierno que para la CGT.
Es una estrategia que tienta sobre manera a la Administración de Macri, aunque no está demás recordar que intentos similares ya culminaron en fracaso con anterioridad. En la estrategia de poner enemigos enfrente para disimular magros logros propios, desde el macrismo apuntan a polarizar con el kirchnerismo, y mantener lejos a los sindicatos.