La compra incluye la refinería de Dock Sud, pero Shell conservaría su participación en exploración y producción de hidrocarburos, con fuerte presencia en Vaca Muerta. La empresa estatal competirá con otros interesados en quedarse con el negocio de refinación y distribución de combustibles de Shell en la Argentina.
El monto de 900 millones podría ser considerado bajo para la firma que supo presidir Aranguren: se estima que buscaría estirar el precio a 1500 millones. Uno de los condicionamientos de la vendedora es que se mantenga el nombre de Shell, para preservar la posibilidad de reingresar al negocio. Por parte de YPF, la movida apuntaría a evitar la llegada de competidores –de hecho, hay otros interesados en la compra.