Hoy sucedió en el micro estadio de Ferro Carril Oeste durante un plenario gremial con 2500 personas en el que se ratificó una movilización de protesta a la Plaza de Mayo para el 22 de agosto. Además, se evaluó activar un paro general en septiembre en rechazo a la política económica del Gobierno y a una eventual flexibilización de las leyes laborales.
"Sé que hay críticos a esta conducción. No seamos hipócritas. Hoy no hay un solo sindicato ni dirigente que toque pito y vayan todos al pie. Por eso hay un triunvirato", reconoció Juan Carlos Schmid, uno de los tres jefes. Desde las tribunas bajaban silbidos, algunos reproches y un pedido que no era unánime para avanzar hacia un paro nacional.
El dirigente percató el clima hostil y lanzó: "La unidad ahora debe ser desde abajo hacia arriba. El 22 de agosto debe ser el preámbulo de las medidas de fuerza". A Héctor Daer, otro de los integrantes del triunvirato de mando, también se le hizo difícil hablar. Debió apurar el cierre de su discurso ante los silbidos y abucheos.
Los reproches surgieron desde un sector del estadio que ocupaban los militantes del gremio de la Alimentación, Cerveceros, Camioneros y militantes de la seccional de Zárate-Campana de la UOM. "Hay que estar organizados para dar la pelea", intentó conciliar Daer en otra señal para reforzar la unidad interna de la central obrera.