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Este espacio, ubicado en inmediaciones de Cullen y Sorrento, cuenta con tres hectáreas donde se destaca la producción de hortalizas, verduras, frutas y plantas aromáticas en las distintas parcelas dispuestas.Las mismas, son utilizadas por jóvenes que están siendo capacitados en el marco del Programa Nueva Oportunidad (actualmente son 30) y por 22 familias que concurren cotidianamente al espacio.
“Tenemos un largo camino recorrido junto a ustedes, hace ya casi 18 años que venimos trabajando junto a los huerteros; empezamos de a poco en terrenos baldíos, en basurales que se fueron limpiando y así se fueron expandiendo apareciendo en distintos puntos de la ciudad”, señaló el gobernador y recordó: “Cuando vino la crisis de 2001, las huertas fueron un gran refugio para muchísimas familias que habían perdido su trabajo, las changas y que encontraron en la actividad de las huertas la posibilidad de poder subsistir, de llevar verduras a su casa, de hacerse unos pesos para poder sostener a sus familias”.
“Cuando salimos de esa crisis, ya estaba instalada la cultura huertera, que hizo que empezara a crecer cada vez más con mejor técnica, con más experiencia, y aportes de los expertos que fuimos formando como Tomasa Ramos (coordinadora del Parque Huerta “Bosque de los Constituyentes”), que seguramente sabe más que un ingeniero agrónomo sobre cómo cultivar hortalizas y vegetales”, finalizó Lifschitz.
El gobernador y la intendenta estuvieron acompañados por el ministro de la Producción, Luis Contigiani; y los secretarios de la municipalidad Pablo Javkin (General) y Nicolás Gianeloni (Economía Social); la concejala Verónica Irízar; la coordinadora del Plan Abre de la municipalidad, Lionella Cattalini; el subsecretario de Economía Social de la provincia, Mauro Casella, y la subsecretaria de Economía Social de Rosario, Sabrina Arcamone; entre otros funcionarios provinciales y municipales.
Los huerteros y huerteras son asesorados, capacitados y acompañados por el equipo del Parque Huerta. Las producciones obtenidas se destinan, por un lado, a la satisfacción de necesidades alimenticias básicas y por el otro, a la comercialización en el mismo espacio o en las ferias organizadas por el municipio.
Este modelo productivo sirve también a la trazabilidad de la huella del carbono, ya que los comestibles van directo de las huertas a los hogares de los consumidores. Las verduras y hortalizas que se cultivan se comercializan en las ferias de la economía social y también directamente en los lugares de producción.
Los emprendedores producen también hierbas medicinales y plantas ornamentales. Su experiencia se vuelca a la población a través de la experiencia conocida como La Huerta en Casa que es un ciclo que rota en diversos espacios de la ciudad brindando los conocimientos y técnicas necesarias para el desarrollo de huertas en espacios reducidos.
