En tanto, el consumo de quesos rallados, en polvo, fundidos y otros bajó 35,1%; el de manteca retrocedió 18,8%; y en las leches chocolatadas o saborizadas la merma fue de 9,7%.
Por el contrario, se registró un aumento en el consumo de quesos de muy alta humedad, que creció alrededor de 265% -al pasar de 7.291 toneladas a 26.612 toneladas-, una mejora explicada por "una recategorización de productos y no por un incremento de ventas".
También experimentó un alza del 58,6% en la leche en polvo descremada al pasar de 7.282 toneladas a 11.550 toneladas; y de 56,2% en la variedad entera y semidescremada, que pasó de 23.990 toneladas a 37.477 toneladas.