La Secretaría de Estado del vaticano lamentó la "radicalización y el agravamiento de la crisis" e indicó que el Papa Francisco "sigue de cerca" esta situación y "sus implicaciones humanitarias, sociales, políticas, económicas e incluso espirituales".
"La Santa Sede pide a todos los actores políticos, y en particular al Gobierno, que se asegure el pleno respeto de los derechos humanos y de las libertades fundamentales, como también de la vigente Constitución", dice la nota.