Se valió de las herramientas legislativas con la que los concejales cuentan para que, recalcando la importancia de trabajar en conjunto entre los organismos competentes, cada uno realice las acciones pertinentes con el objeto de constatar que los niveles de glifosato presentes en el Río Paraná no afecten de forma considerable el agua para consumo.
La edila lamenta que desde Aguas Santafesinas hayan recibido la iniciativa como un intento de “sembrar alarma con respecto a la calidad del agua” y afirmó que, por el contrario, el espíritu del decreto se basó en llevar tranquilidad a la población, seguridad a los funcionarios y organismos preocupados por los efectos que este herbicida de uso frecuente puede causar en la salud y cumplir con el compromiso que un concejal tiene con los ciudadanos a quienes representa.