Medios españoles informaron que el marroquí gritó "Alá es el más grande", la tradicional consigna de los militantes yihadistas, cuando se enfrentó a los agentes. Tras abatirlo, la Policía se tomó varias horas hasta poder identificarlo ya que, según informó la propia institución via Twitter, llevaba "adherido al cuerpo" lo que parecía ser un chaleco con explosivos.
Enviaron un robot que no sólo revisara el chaleco, sino también el cuerpo para buscar otras posibles armas y confirmar que el joven habían fallecido. Finalmente, confirmaron que ya no respiraba y que el chaleco era falso, según adelantaron fuentes policiales al diario Público.