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Argentina salió a buscar de entrada la victoria que lo dejara posicionado en las Eliminatorias Sudamericanas rumbo al Mundial de Rusia, ayudado por algunos resultados previos. Lo comprendió así el plantel de Sampaoli, que con una apuesta ofensiva trató de torcer el rumbo desde el mismo inicio.
Generó al menos media docena de jugadas de gol, en los pies de Icardi, Dybala y Messi, pero no pudo vencer al buen arquero venezolano. Por pocos centímetros no llegaron a empujarla los mencionados, bien asistidos desde los costados por Di María y Acosta, que desbordaban cada vez que se lo proponían.
La pelota pasaba más por los pies de Mascherano, Fazzio, Banega y Ottamendi que de los volantes ofensivos. El Fideo, tal su historial, se retiró lesionado promediando la primera etapa, una maldición que persigue al volante rosarino desde el Mundial de Brasil y las últimas dos Copas América.
Messi absorbido por la marca, no podía conducir a la Argentina, Icardi entre los centrales y Dybala tratando de retroceder para tomar contacto con el balón, tuvieron 25' minutos a toda furia, pero la Vinotinto aguantó bien el empellón inicial y después salió un poco más arriba, tratando de administrar el balón, con poco criterio y sin generar chances netas de gol frente a un Romero que fue un espectador más en un Monumental enmudecido.
Ante el rival que marcha último en la serie clasificatoria, Argentina no pudo sacar chapa en esa primera etapa, con recursos repetidos, a pesar de los nuevos nombres, el juego sigue en deuda y cualquier rival se le planta a una selección que a pesar del cambio de sistema y varias nuevas, no juega a nada.
En la segunda parte llegaron las emociones, Argentina salió decidida a lograr su objetivo, pero el que sorprendió de arranque fue el visitante. Banega perdió la pelota, jugando a ser Messi, eludió un par de rivales y el tercero se la punteó, los de Dudamel sacaron la contra y Murillo venció a Romero, que apenas atinó a salir.
Empató gracias a un gol en contra de Feltscher, tras una buena jugada de Acuña por derecha. Sampaoli puso a Bendetto y Pastore pero el gasto ya estab hecho, la albiceleste no volvió a inquietar al arquero. Por el contrario, en cada contra quedaba expuesto, mal parado, y al borde de la cornisa.
Argentina dejó una pálida imagen, desperdició una gran oportunidad de clasificación y por el momento sigue afuera del mundial.
