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El primer tiempo fue de muy bajo nivel técnico. Riestra apostó a defenderse con todas sus armas y apostar todo a alguna pelota parada, aprovechando la altura de sus marcadores centrales. Central, carente de ideas para romper el cerco defensivo, cayó en la trampa de los bonaerenses.
Montero decidió defender con cuatro ante un equipo que no atacaba y poner doble cinco a un mediocampo que no disputaba la tenencia del balón. Demasiadas precauciones para un equipo que pretende jugar bien al fútbol, y al que claramente le faltó un conductor.
Sólo un buen cabezazo de Zampedri, tras un centro preciso de Gómez desde la izquierda, muy poco para irse en ventaja, para un elenco que careció de sorpresa, que nunca intentó ingresar con la pelota al pie y que a pesar de tener el balón la mayor parte de esa etapa, nunca supo que hacer con ella.
En la segunda mitad el canalla empezó a mejorar en su juego, logró serenarse, y a los pocos minutos encontró la apertura del marcador. Fue por intermedio de Zampedri, que aprovechó un centro pasado y un rebote en el arquero para poner el 1 a 0. Ahó reaccionó Riestra, y con lo poco que tenía intentó adelantarse en el campo de juego.
Tras un córner, Gómez en contra puso la igualdad en el marcador, tras golpear la pelota con la mano y vencer a Rodríguez, al que no le habían pateado al arco hasta ahí. Demasiado premio para un equipo que nunca había pasado la mitad de la cancha con la pelota dominada, pero el fúbol es así.
Pocos minutos después, tras un córner, Leguizamón conectó un violento remate adentro del área para poner el 2 a 1 definitivo, con un remate razo, al ras del piso que se metió por el medio del arco de Morel. Central encontró la ventaja que merecía a poco del final, ganó ajustadamente, más por errores propios que por virtudes del rival. Avanzó en la Copa a octavos de final, donde se medirà con el vencedor de Boca Junior y Brown de Puerto Madryn.
