En la CGT no sólo entendieron el cambio de situación, sin embargo la preocupación es otra: la división interna entre los que quieren un enfrentamiento abierto contra el Gobierno y los que apuntan a negociar una paz de cara a la reforma laboral que buscará impulsar la Casa Rosada a fin de año.
Mientras tanto, en el entorno del ministro de Trabajo, Jorge Triaca, vaticinan que en los próximos meses es muy posible que la Justicia arrincone no sólo aún más a Medina, sino también a otros sindicalistas que “se cansaron de armar negocios paralelos entorno a los gremios”.