Todo comenzó de la mejor forma para la Lepra, no se había jugado un minuto de juego y la Pantera Leal picó al vacío, en busca de una gran habilitación de Sarmiento y su disparo se fue apenas desviado por el segundo palo. También el portugués redireccionó un disparo defectuoso, y Díaz contuvo su cabezazo.
Fue lo último del europeo en el partido, nunca más pudo inquietar en ataque. Huracán fue emparejando las cosas en la mitad de la cancha, recuperando el balón, pero nada parecido al fútbol podía jugarse en un campo de juego en el cual la pelota no rodaba, y picaba para cualquier parte, casi como un balón de rugby.
Puro ímpetu del local sin mucha claridad, hasta los últimos cinco de la primera parte, varios ataques que culminaron con la conversión de Pusetto, ya que del deporte de la ovalada hablamos. Valenzuela perdió su marca y el volante de los de Alfaro puso la cabeza a un centro desde la izquierda para marcar la apertura del marcador.
En el comienzo de la segunda mitad, Newell's casi iguala con un violento remate de Torres <el mejor de Newell's> desde afuera del área, que se estrelló en el travesaño cuando Díaz estaba vencido. Después pusieron y metieron. Sarmiento debió dejar la cancha por un golpe en el tobillo y Llop mandó a la cancha lo mejor que tenía, ingresaron Tévez y Opazzo, pero faltaba un generador de juego.
Huracán retrocedió algunos metros, se refugió contra su arco y defendió con uñas y dientes la victoria. Newell's no tuvo claridad, y la cancha no ayudó nada. A puro centro y con Paz de 9 el rojinegro buscó la igualdad que no llegó y se fue con las manos vacías, quizás sin merecerlo.
