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Pospondrían incremento de combustibles para evitar efecto electoral



El primero de octubre, y según el cronograma pautado entre el Gobierno y las empresas petroleras, el precio de la nafta subiría cerca del 7% y el del gasoil poco más del 6%, un valor que luego quedará congelado hasta que enero del año próximo. Ese es el cálculo que hacen al día de hoy en el sector privado, en base a la fórmula que definió el ministro de Energía, Juan José Aranguren, y que se actualiza trimestralmente.

De todos modos, fuentes del sector reconocen que las elecciones legislativas del 22 de octubre podrían hacer que el Gobierno postergue el aumento para el mes de noviembre, más por el impacto mediático que puede tener una suba en los surtidores que por el efecto sobre el índice de inflación.

El principal factor que explica el aumento es la suba del dólar, que desde julio acumula un alza del 4,6% e impacta directamente en el precio de los biocombustibles, uno de los tres componentes de la fórmula creada para determinar el valor de los surtidores.

En la nafta, un 12% del componente es etanol y en el gasoil, el 10% es biodiésel. El resto de la fórmula se determina por el precio del petróleo local, que ya está fijado por Energía para cada mes desde marzo de este año y por un componente fijo, que le garantiza a las petroleras una suba en el valor o un piso, en el caso de que el resto de los factores sea negativo, como ocurrió en abril, cuando cayó el dólar y el precio de las naftas cedió 0,1% y el del gasoil 2,6%.

En octubre, según las planillas que manejan en las petroleras las naftas subirían cerca del 7% y el gasoil al rededor del 6,5%, similar al último aumento, en julio, cuando el precio trepó 7,21% y 6% respectivamente.

El único factor que hace dudar a los empresarios de si efectivamente van a poder aplicar la suba es el contexto preelectoral, como ocurrió en octubre de 2015. Un dato no menor es que en ese momento gobernaba el kirchnerismo, con una postura muy distinta al macrismo, que defiende a ultranza la libertad de precios. Pero es el efecto mediático, con colas de autos en las estaciones de servicio, lo que podría motivar al gobierno a postergar la suba para después de las elecciones y no el impacto en el índice de precios.

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