El argentino arrancó con el pie izquierdo, quebrado de entrada ante una implacable versión de Zverev, pero de a poco se fue metiendo en el partido y desde mediados del segundo set se vio su mejor tenis. Sorteado un tiebreak muy parejo para seguir en pie y forzar una manga decisiva.
Del Potro firmó un quiebre fundamental en el arranque del tercero, y Zverev perdió los estribos: raqueta al piso, otra vez estrellada contra el banco y todo a pedir del tandilense.
De allí al final del encuentro, Del Potro controló todo con su servicio y no pasó sobresaltos camino a cuartos de Shanghai, segunda vez que alcanza esa instancia a nivel Masters 1000 en 2017, tras lo hecho en Roma, donde luego lo frenaría Novak Djokovic.