La información, que se conoció recién a las diez y media de la noche del lunes (hora local), el hecho se registró a las cuatro y media de la madrugada del viernes al sábado, cuando un vecino del inmueble en la elegante rue Chanez se despertó al escuchar ruidos.
Allí fue cuando descubrió cuatro garrafas de gas, acordonadas con un dispositivo que entraba en ignición con un teléfono celular y colocadas en la vereda, frente al edificio. Incluso, otras dos garrafas, con iguales dispositivos, se encontraban en el hall del edificio de departamentos de seis pisos.
Es por eso que el vecino llamó inmediatamente a los servicios de emergencia. Fueron los desminadores los que consiguieron desmantelar en plena madrugada las bombas, que eran similares a las utilizadas en el frustrado atentado en las cercanías de la iglesia de Notre Dame.