Mediante el decreto 882/2017, Macri estableció la muerte de la petrolera estatal Enarsa -emblema de la política energética del kirchnerismo- que pasará a llamarse Integración Energética Argentina SA e incluirá también a Emprendimientos Binacionales (EBISA), que es la comercializadora de la energía que produce la represa Yacyretá.
Pero sin dudas el plato más fuerte del nuevo esquema es la venta de la participación que tiene el Estado Nacional en seis centrales térmicas y las acciones en varias compañías del sector, por lo que se espera conseguir alrededor de 1.000 millones de dólares, que serán destinados a nuevas obras, aunque no resulta una cifra significativa ante las necesidades de inversión del sector.