Según un informe del Ministerio de Finanzas, la deuda ascendió de los 275.446 millones de dólares hasta los 293.789 millones de dólares a fines de junio, incluyendo la deuda no presentada a los canjes. Si a esa cuenta se le suma lo que Argentina aún debe del cupón del Producto Bruto Interno (PBI), el pasivo total asciende hasta los 307.295 millones de dólares.
El pasivo siguió creciendo en lo que va del segundo semestre y sumaría unos 20.000 millones de dólares más al cerrar diciembre. Del total de la deuda contraída por el Estado argentino, el 67,6% de la deuda está denominada en moneda extranjera y el 32,4% en pesos.
La decisión del Gobierno de aumentar fuertemente la deuda en dólares y euros lleva a la Argentina a estar frente a una situación de mayor vulnerabilidad ante vendavales económicos en el corto plazo. Si bien el Gobierno asegura que la deuda está aún en márgenes manejables, el pasivo ya escaló hasta el 56,2% de lo que produce la economía argentina en todo un año.
La deuda pública nacional sería mayor si se tuvieron en cuenta los abultados pasivos de las provincias -que desde 2016 también vienen emitiendo bonos en el exterior- y la deuda del Banco Central en LEBAC en pesos y moneda extranjera.
La relación de deuda sobre los ingresos de las provincias se encuentra en el 34% promedio y escalaría hasta el 36% en 2018, lo cual dejaría al consolidado de las jurisdicciones en el límite de sostenimiento, según advirtió el mes pasado la agencia calificadora de riesgo Moody’s.