La delegación rosarina se llevó también el 5º y 6º puesto de la competencia. Alan cursa la última materia de la carrera, el Proyecto de Formación Profesional, una serie de prácticas de tres meses en guardias, centros de salud y hospitales.
El punto final de toda esa actividad será en un mes, cuando comience una pasantía en el Instituto Balseiro, de Bariloche, donde podrá capacitarse en medicina nuclear. El viaje y la estadía en campus son parte del premio de las olimpíadas que se disputaron en Uspallata (Mendoza) a fines de noviembre. Y los planes de Alan van todavía más lejos.
El año próximo rendirá el examen para hacer una residencia en clínica médica, para poder ingresar al equipo del Hospital Centenario. "Es uno de los mejores lugares", dice el joven, que quiere ser médico "desde siempre". Lo que cambió con el paso por la facultad, asegura, fue su forma de pensar la profesión.
"Siempre estuve seguro de estudiar medicina porque quería contribuir a cuidar la salud y la vida de las personas. Pero, una vez adentro de la facultad y sobre todo con nuestro plan de estudios, tomas otro concepto de salud, de vida y sobre todo de la principal tarea del médico, que tiene que ver con evitar que la gente se enferme", dice.