“Si prosperan las subas de ingresos brutos e impuesto inmobiliario, que se habilitan en el nuevo Consenso Fiscal, inevitablemente se van a resentir el consumo y la actividad económica del año próximo”, advirtió Tarrío, en un comunicado de prensa de Came.
La entidad consideró que “la ilusión de una reducción en la presión impositiva sobre las pymes podría durar muy poco: como las provincias resignaron recaudación en el reciente Pacto Fiscal firmado con la Nación, muchas analizan aumentos en los tributos de recaudación propia, especialmente ingresos brutos e inmobiliario”.
“La primera señal de alerta llegó desde Salta, que plantea elevar ingresos brutos al comercio desde la actual alícuota del 3,6% al 5% en 2018, y lo mismo en otros sectores como la construcción o la industria. Se trata de un impuesto distorsivo y regresivo que el Gobierno había convenido trabajar en su restricción”, agregó Came.