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Se encontró con los niños, sus padres y voluntarios, recalcó que la alegría de los pequeños “es un tesoro” que debe protegerse y alentó a que los niños hablen con sus abuelos y otros ancianos.
"Por favor, que no sean niños desarraigados, sin memoria de un pueblo, sin memoria de la fe, sin memoria de las muchas cosas bellas que ha hecho la historia. Sin memoria no hay valores".
Francisco recibió por su cumpleaños una pizza margarita de cuatro metros de parte de un pizzero napolitano que compartió con los chicos tras desearles un "día con mucha fiesta".
