“Este acto refleja el trabajo desarrollado a lo largo de un año por los ministerio de Justicia y Derechos Humanos y de Desarrollo Social para resolver un problema de muchos años en la provincia en materia de adopción", resaltó Lifschitz.
"Por un lado, cientos de chicas, chicos y adolescentes para los cuales los jueces habían dispuesto medidas excepcionales y planteado la situación de adoptabilidad. Chicos con historias de desamparo, abusos, violencia, vulneración de derechos, que permanecían institucionalizados y sin ninguna chance de encontrar una oportunidad, una familia, una perspectiva de desarrollo, de integración y de inclusión para sus vidas; y por otro lado, cientos de familias, potenciales padres o madres que durante años esperaban la oportunidad de encontrar un niño o una niña para adoptar y, con ello, completar su familia o formarla”, explicó.
“Y en el medio de ambas partes, el Estado que tenía que resolver esas situaciones, que debía generar los vínculos entre esos niños y niñas y las potenciales familias. Un Estado que en vez de convertirse en un puente se había convertido en un obstáculo, en una barrera casi insalvable difícil de trasponer”, agregó el gobernador.
"Desde le inicio de nuestra gestión nos planteamos encontrar un camino para que el Estado realmente cumpliera su rol y pudiera entender los problemas de los niños y de esos padres que buscaban una familia. Creo que encontramos ese camino, con sentido común y sensibilidad, poniéndonos en el lugar del otro y buscando soluciones posibles”, afirmó.
"Al finalizar nuestra gestión, vamos a dejar un verdadero modelo de cómo integrar a los niños y niñas a las familias. Ponemos nuestro esfuerzo y compromiso para resolver una a una cada situación, pensando en la vida y el futuro de estos niños”, concluyó.