De esta forma, Maia confirmó la postergación para el 19 de febrero de la tercera gran reforma que impulsa el gobierno de Temer, la previsional, luego de haber ejecutado la flexiblización de la ley laboral y la enmienda constitucional que congela el gasto público por 20 años.
La postergación de la votación recibió una advertencia de las calificadoras de riesgo Moodys y Fitch. "La decisión de postergar fortalece la preocupación sobre la capacidad de gobierno para cumplir el techo de gastos y dirigir las tendencias fiscales adversas que han generado un persistente deterioro del perfil de crédito de Brasil en los últimos años", dijo Moodys, que mantiene a Brasil con la nota Ba2, con grado especulativo.
El gobierno necesita dos tercios de los votos para aprobar la reforma, que alivió en las últimas horas, sobre todo extendiendo los plazos de transición del sistema de empleados públicos, aunque mantiene la obligatoriedad de aportar 42 años para cobrar el 100 por ciento del beneficio.