En medio de una ola de rumores sobre intentos de saqueo al caer la tarde, el Ministerio de Seguridad de Santa Fe desmintió dichas versiones, aunque ratificó que hubo un refuerzo en el patrullaje y la custodia de diferentes comercios de la periferia.
El desplazamiento de los efectivos derivó en la llegada de los manifestantes hasta la puerta del local, donde algunos comenzaron a golpear las puertas y lanzar proyectiles. Se escucharon disparos desde la parte alta del inmueble ante el avance de los agresores.
Pasadas las 20.30, los gendarmes y policías avanzaron con un triple cordón disparando y lanzando gas lacrimógeno para obligar a retroceder a los vecinos en ambas direcciones de Presidente Quintana y también hacia el sur de Avellaneda.