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Tras 24 años, Jorge Boasso dejó de ser concejal


En el día de ayer, el edil Jorge Rosario Boasso tuvo su última sesión, tras 24 años de labor dejará el Palacio Vasallo, después de seis períodos ininterrumpidos de mandato. El radical fue electo y asumió su banca por primera vez el 10 de diciembre de 1993, y renovó seis veces su mandato en forma consecutiva, siempre encabezando listas de candidatos, con la vieja ley de lemas, con primarias abiertas y boleta única, un récord que difícilmente alguien pueda igualar.

Visiblemente emocionado, junto a su familia y sus colaboradores, Boasso transcurrió la jornada de ayer como su última en el legislativo local. Fiel a su estilo, no pudo dejar de ser crítico con alguna de las cuestiones que aprobó el Concejo, marcándolo con su vehemencia habitual, en la prolongada última sesión del año, estrenando el nuevo recinto que ya no lo tendrá como protagonista, aunque prometió seguir presentando proyectos desde afuera, para no perder la costumbre.

Sus más de cuatro mil proyectos presentados a lo largo de su dilatada trayectoria, con más de un setenta por ciento de aprobación, su impronta legislativa, jugando a ser opositor casi siempre, pero acordando soluciones intermedias en la resolución de conflictos cuando resultaba necesario, lo mantuvo ocupado y siempre activo, a pesar de repartir su labor con la docencia y el ejercicio de su profesión como ejecutor fiscal, labor que le demandó algún dolor de cabeza en el pasado, pero que pudo superar judicialmente.

Nunca fue de los concejales que rehusaron el debate, por el contrario, siempre estuvo dispuesto a aportar sus ideas innovadoras, muchas de ellas traídas desde afuera, porque en sus numerosos viajes a otros lugares del mundo, se hacía siempre tiempo para investigar cuestiones relacionadas con la modernización de las ciudades, trayendo incluso material para cotejar con las propuestas locales, aportando ideas en los debates de comisiones en pliegos y llamados a licitación, para que no sean "un traje a medida", una de sus frases predilectas.

Siempre se mantuvo incólume a la Unión Cívica Radical, aún en tiempos de acercamiento con el Frente Progresista Cívico y Social por parte de su partido, Boasso reivindicó las banderas del radicalismo, donde por su verborragia habitual, no cosechaba muchos amigos a pesar de su fidelidad, ya que quizás siempre uno de sus mayores déficit fueron las construcciones colectivas.

Boasso siempre tuvo un caudal propio de votos, tradicionalmente en el centro de la ciudad, donde en las primeras seccionales arrasaba con las mesas de familias de clase media, especialmente en mesas femeninas <cuando aún se votaba por separado>, mujeres de mediana edad encontraban en el ex actor al protagonista ideal para representar sus ideales. Arañó la intendencia alguna vez, cuando estuvo a menos de diez mil votos de arrebatarle al socialismo la ciudad, apenas desde una banca de concejal.

Con campañas políticas muy ingeniosas, siempre de perfil alto, como aquellas del despertador, donde llamaba a los radicales a despertar, o La Evolución, donde ponía los perfiles de los ex intendentes que culminaban en él, simulando la teoría evolucionista de Darwin, o aquella que decía "Mirá Boasso", y detallaba algunos de sus más exitosos proyectos de ordenanza.   

En el último tiempo, intentó un acercamiento fallido al PRO, huestes en las cuales llegó a ser candidato a vice gobernador de Miguel Del Sel en 2015, pero luego fue dejado de lado por el macrismo, que lo relegó de sus listas en el 2017, e incluso le impidió competir y se vio obligado a hacerlo con escudería propia, y no le alcanzó para lograr un escaño en la cámara baja.

Como no podía ser de otra forma, ayer aprobó el presupuesto, pero no resistió la tentación y se opuso en algunos artículos, con una de sus muletillas predilectas "Autorizase a la intendenta Mónica Fein a gastar lo que recaude de la manera que mejor le parezca", o denunciando como otras veces la sobreestimación de recursos, para ser destinados posteriormente a Rentas Generales. 

Sin dudas el paso de Boasso quedará en la historia del Concejo Municipal, sus debates airados, su ira por momentos descontrolada, su ímpetu incipiente de sus primeros años, apaciguado en el último tiempo en una versión más ligth, convertido casi en un león herbívoro, mucho más calmo, más propenso a escuchar, una versión mejorada de su propio personaje, que lo llevó a ser el concejal que más tiempo estuvo en una banca del Concejo Municipal. Chau Jorgito, se te va a extrañar !

Fernando Viglierchio
Director periodístico
RosariNoticias

 

            

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