El jefe de Estado comunista se valió de su discurso a la nación por Año Nuevo para reiterar que su país es un Estado nuclear y advertir que tenía en su poder de manera permanente el "botón" atómico.
Kim Jong-Un tendió luego la mano a Seúl al afirmar que su país podría participar en los Juegos Olímpicos de invierno, que se desarrollarán en Corea del Sur. Washington ya ha rechazado la perspectiva de negociaciones entre ambas Coreas señalando que jamás aceptará una Corea del Norte dotada del arma nuclear.
Estados Unidos "no se tomará en serio ninguna reunión en la que no se plantee la total prohibición de armas nucleares en Corea del Norte", había afirmado la embajadora norteamericana ante la ONU, Nikki Haley, antes de los últimos tuits de Donald Trump.