Fue un partido amistoso, pero se jugó como clásico, con dientes apretados y dejando todo en cada pelota. Además de la jugada del gol, River dispuso de otra clara, en la segunda etapa, en la que el arquero xeneize, Agustín Rossi le detuvo sobre la línea un disparo a Scocco con destino de gol.
Boca nunca encontró los caminos, ante la sólida defensa riverplatense, donde se destacó Sarachi, el lateral izquierdo que le cerró los caminos a Pavón, una de las mejores armas ofensivas del elenco auriazul. Ponzio se adueñó de la mitad de la cancha, donde marcó diferencias y desde la posesión, con Pity Martínez inspirado y Nacho Fernández acompañando consiguió imponerse.