El Ministerio de Salud de la Nación suspendió, al menos hasta fin de febrero, la entrega de antivirales en todos los hospitales públicos y le pasó la pelota a las provincias para que ellas se encarguen de hacer las gestiones con los laboratorios internacionales.
El freno -informa el diario Página/12- se produjo tras los cambios implementados por la subsecretaria de Coordinación Administrativa, María Cecilia Locciasano, esposa del ministro Jorge Triaca. El ajuste afecta a casi 70 mil personas sin cobertura privada.
“Hay un total desinterés para el cuidado de la salud por parte del Estado. Esto puede provocar una resistencia y que el virus se replique nuevamente”, indicó a PáginaI12 Matías Muñoz, de la Red Argentina de Jóvenes y Adolescentes Positivos (Rajap). “No quedó nada”. Esa es la primera respuesta que dieron en la Dirección de Sida y ETS, el área encargada de coordinar las políticas de prevención y atención del VIH, cuando se les consultó por el stock de Dolutegravir, Darunavir, Zidovudina jarabe, Efavirenz y Abacavir/Lamivudina, cinco fármacos retrovirales que suelen ingerir las personas con VIH.
“No es ninguna novedad, ya nos veíamos venir esta situación”, explicó un integrante del área. Ante este faltante, señala el matutino porteño, los primeros en enterarse fueron los equipos provinciales de Salud, cuando la semana pasada la Dirección de Sida se comunicó con ellos para dar el alerta e intentar que no se afecte el tratamiento de miles de hombres y mujeres.
"Debido a distintas dificultades presentadas en los procesos de compra, los medicamentos Evirenz 600 mg y Zidovudina jarabe sufrirán una demora en su adquisición”, informaron en un documento que lleva la firma de Sergio Maulen, director de Sida. Además, en el documento se pidió a las provincias que “dentro de las posibilidades, se pueda gestionar la adquisición de los mismos hasta tanto se regularice la situación”.