Así volvió a hacerlo en la mañana de hoy en pleno centro rosarino, cortando totalmente una calle y obligando al desvío de cientos de automóviles que podrían haber optado por tomar otro camino, de ser advertidos previamente (200 metros antes como establece la ordenanza vigente) y evitar de esa forma una pérdida innecesaria de tiempo.
La Municipalidad de Rosario, que debería velar por el cumplimento de la normativa vigente en la ciudad resulta cómplice del accionar reiterado de la empresa, toda vez que le permite interrumpir el tránsito violando la ordenanza. De no estar de acuerdo con la norma en vigencia, de considerar que no resulta aplicable, o que es inconveniente, debería proponer su modificación o derogación, mientras tanto, es su deber hacerla cumplir.