Los abogados de Cimadevilla solicitaron en su alegato escrito 8 años de prisión para Mullen y Barbaccia, pero Garavano promovió el cambio de los fundamentos a alegar y el sobreseimiento, representado en el abogado José Console, secretario de la Comisión de Disciplina de Boca y cercano al presidente del club Daniel Angelici, operador judicial de Macri.
Además, Console está inhabilitado para ejercer como abogado ya que en paralelo mantiene el cargo de Secretario Letrado del Consejo de la Magistratura de la Ciudad de Buenos Aires. Desde el radicalismo, con la tibieza que los caracteriza, confirman sentirse “ninguneados” porque el cargo de la UFI AMIA fue para los radicales como lo fue, en su momento, el ministerio de Justicia, delegado a Ernesto Sanz.
Este claudicó ya que pretendía la jefatura de Gabinete, hoy a cargo de Marcos Peña. Pese al corporativismo radical y la falta de compromiso con la transparencia-como lo sostuvo Carrió durante años- “Lilita” busca aliados entre ellos para respaldar a Mario Cimadevilla, quien hoy sólo cuenta con su respeto y espaldarazo.
En este contexto y sumida en la furia que le generó la “injusticia” provocada por Garavano, Carrió le propuso a diputados de la UCR respaldar a su correligionario, a quien Garavano, faltó el respeto y le mostró con diplomacia la puerta de salida. Cimadevilla ya elevó a los diputados y senadores radicales un informe de más de 35 páginas en la que detalla la causa AMIA, su proceder y su postura frente a la cuestión procesal y técnica de un juicio por encubrimiento de la envergadura de la causa, la trascendencia de la misma como los compromisos internacionales asumidos por Argentina que quedan truncos.